Estamos viviendo una época de cambios de paradigmas.
En los procesos de búsqueda de empleo también.
Cuando hace unos años tomamos
decisiones sobre nuestra carrera profesional lo hicimos dejándonos guiar por la realidad
laboral que existía y por la manera que nosotros y nosotras
mismos/as (y nuestros condicionamientos procedentes de padres, madres,
profesores…sociedad en general) percibíamos esta realidad.
Estudié Derecho porque no sabía
que quería estudiar ¿A cuántos y cuántas de los que leen Mar de Empleo les pasó
algo parecido?
Mi
realidad y la de muchos/as de vosotros/as, allá por los 90, es que Derecho era
una carrera muy versátil con muchas salidas profesionales: había
vacantes para licenciados en derecho en el sector público
(oposiciones a juez, a secretaria judicial, a fiscal, a Inspección de Trabajo,
a funcionario del cuerpo A del Estado, de la Junta de Andalucía o de los
Ayuntamientos…incontables). Pero es que también había vacantes en el sector privado: abogada, asesora
jurídica en empresas privadas, recursos humanos, puestos de gestión
empresarial…
Tomé una decisión basándome en
esta realidad y en la manera en que todos y todas en este momento percibíamos
esta realidad:
-
“ Si no lo tienes claro, derecho es una carrera
que te permite muchas posibilidades porque después puedes dedicarte a muchos
campos”
La realidad que nosotros vivimos fue: “Vais
a trabajar aunque “no tengáis muy claro en qué”, es cuestión de tiempo que
logreis una inserción…”Había trabajo para todos y todas”
Los procesos de búsqueda de
empleo se centraban principalmente en mostrar técnicas
y herramientas de búsqueda de empleo: confección de CV y carta de
presentación, entrenamiento de entrevista… nos facilitaban y facilitábamos
recursos (listados de empresas, páginas webs, bolsas de empleo…). El
autoconocimiento se tocaba pero de forma muy sutil.
La media de tiempo en la que un universitario
encontraba empleo era de 12 meses (6 meses para profesionales procedentes de la
Formación Profesional).
De esta realidad hemos pasado en cuestión de
10 años a otra realidad laboral distinta: Ajuste bestial de posibilidades
que permitirá la inserción a aquellos profesionales, de entre todos, que más claro tengan su
objetivo, que inviertan tiempo y esfuerzo personal en trazar su plan para alcanzarlo
y que sean interdependientes de su comunidad.
¿Cuál es el papel del
orientador/a laboral ahora?
¿Qué esperas ahora de este/a profesional?
Te invito a hacer un STOP y dejar tu opinión en los comentarios del blog o en la página de facebook de Mar de Empleo.
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